He tenido el gran privilegio de participar en una mesa redonda en el marco del XI Congreso Internacional de la Asociación Nacional de Investigación en Literatura Infantil y Juvenil, que se ha celebrado esta última semana de septiembre en Granada. Y me siento especialmente honrada de que me hayan invitado a participar, no solo por lo importante de congreso, sino por las personas que me acompañaban en esta mesa, autores, editores y otros traductores expertos en este tipo de literatura.
De izquierda a derecha: José Antonio López (editor de la editorial Traspiés), Ayes Tortosa (autora de literatura infantil); Cristina Álvarez (profesora universitaria y moderadora), Francisco Acuyo (autor, editor); Pilar Ramírez (traductora especialista en literatura juvenil); y para terminar yo misma, que he tocado alguna vez el género juvenil, aunque no me considero ni mucho menos especialista. Un elenco de excepción, no se puede negar.
Juntar a todos los intervinientes en la cadena de creación de un libro para que den su visión de un género siempre es interesante, pero en este caso también fue instructivo y ameno. Hablamos de esta literatura y sus lectores, de la función pedagógica de la literatura infantil, del rol de los progenitores en la elección y lectura de los títulos que llegan a manos de nuestros niños y jóvenes y del carácter poliédrico del género, que bajo una sola etiqueta incluye una gran variedad de subgéneros que hacen que la literatura infantil y juvenil sea muy variada y pueda resultar cercana a multitud de lectores de diferentes gustos.
Como siempre, nos faltó tiempo, porque podríamos haber estado horas y horas dándole vueltas al tema, pero tuvimos que dejar unos minutos para las preguntas de un público muy implicado, antes de abandonar el fantástico marco de la Fundación Euroárabe por un vestíbulo que albergaba una exposición de ilustraciones maravillosas que dejaron encandilados a ponentes y asistentes.
En resumen, una experiencia muy gratificante y de la que, como no podía ser de otra forma, aprendí muchas cosas útiles que podré aplicar cuando llegue a mis manos la siguiente novela juvenil.