Una vez más he visitado Murcia, un lugar muy especial para mí, para hablar de una de mis especialidades profesionales: la novela romántica y erótica.
En esta ocasión me propusieron que diera un taller práctico de traducción de novela romántica y una conferencia sobre novela erótica dentro del marco del décimo congreso El Ojo de Polisemo, organizado por la Facultad de Traducción de la Universidad de Murcia y ACE Traductores, con el fin de acercar a los alumnos universitarios al mundo profesional de la traducción de libros. En esta ocasión el congreso estaba dedicado a la traducción de la intimidad. ¿Y qué hay más íntimo que el amor y el sexo?
Tras una experiencia estupenda la noche anterior con el taller sobre traducción de novela romántica, después de la comida me tocaba dar un paso más hacia la intimidad y sumergirme en el ámbito erótico. A pesar de lo difícil de la hora, que coincidía con el sopor que invita a la siesta, la sala estaba muy llena; se notaba que el tema despertaba interés (¿y tal vez también un poco de morbo?). Y durante casi una hora estuve desgranando las peculiaridades y las dificultades de género.
La novela erótica es un género que se considera sencillo a primera vista, de hecho no se valora como debería, pero la traducción erótica no es nada fácil: hay que tener intuición y tacto para escoger las palabras «explícitas» y no caer en lo soez o lo malsonante, es necesaria mucha práctica para conseguir que las larguísimas descripciones no se hagan insufriblemente pesadas y también viene bien conocer cierta terminología específica.
El público se sorprendió al descubrir estas peculiaridades del género y mostró cuánto le intrigaba el tema haciendo muchas pregunta y debatiendo aspectos concretos.
Creo que a muchos asistentes les descubrí un género que nunca se habían planteado y a unos cuantos incluso les provoqué ganas de probar con su traducción. Tal vez en la próxima ocasión que visite Murcia alguno podrá contarme su experiencia…
